Carlota y Julián son la pareja de los más “disfrutones” que hemos tenido. Encantadores y divertidos, ¡qué días más geniales pasamos con vosotros!

Según nos iban contando sus expectativas del viaje, fuimos eligiendo las localidades de Seminyak, Ubud, Gili Air y Canggu. Julián es motero, así que no había ningún problema para alojarlos en hoteles que fueran un poquito menos céntricos y cumplir con sus deseos. Contaban con 20 días y querían descansar en el primer destino una gran parte del tiempo, sin cambiar de localidad.
Según nos iban contando sus expectativas del viaje, fuimos eligiendo las localidades de Seminyak, Ubud, Gili Air y Canggu. Julián es motero, así que no había ningún problema para alojarlos en hoteles que fueran un poquito menos céntricos y cumplir con sus deseos. Contaban con 20 días y querían descansar en el primer destino una gran parte del tiempo, sin cambiar de localidad.

Les acompañamos a un masaje tradicional balinés en uno de nuestros “spa” recomendados, y les gustó tanto que fueron prácticamente todos los días!
Disfrutaron muchísimo de la playa y de la vida nocturna de esta bulliciosa localidad, probaron toda la gastronomía balinesa y sus increíbles zumos. En Seminyak hay una amplia oferta de todo tipo de comida, además de tiendas de lujo, restaurantes, bares y mercados locales.
Su bar favorito “Red Carpet” es genial, los camareros van vestidos como los antiguos botones de hotel, pasan constantemente bandejas de canapés y bocaditos pequeños, buenísima música, además de una boutique de lujo en el piso de arriba, donde Carlota se volvió loca y unos baños donde puedes usar las primeras marcas de perfume del mercado. También cuenta con dos motos con sidecar, con sus motoristas vestidos también de época, para llevarte a donde quieras!
Desde Seminyak visitaron en dos días alternos, con su chófer privado balinés, las zonas este y oeste de la isla y quedaron impresionados con los preciosos lugares y curiosidades de Bali.
Disfrutaron muchísimo de la playa y de la vida nocturna de esta bulliciosa localidad, probaron toda la gastronomía balinesa y sus increíbles zumos. En Seminyak hay una amplia oferta de todo tipo de comida, además de tiendas de lujo, restaurantes, bares y mercados locales.
Su bar favorito “Red Carpet” es genial, los camareros van vestidos como los antiguos botones de hotel, pasan constantemente bandejas de canapés y bocaditos pequeños, buenísima música, además de una boutique de lujo en el piso de arriba, donde Carlota se volvió loca y unos baños donde puedes usar las primeras marcas de perfume del mercado. También cuenta con dos motos con sidecar, con sus motoristas vestidos también de época, para llevarte a donde quieras!
Desde Seminyak visitaron en dos días alternos, con su chófer privado balinés, las zonas este y oeste de la isla y quedaron impresionados con los preciosos lugares y curiosidades de Bali.
Su siguiente parada fue Ubud, capital cultural de Bali, imprescindible de visitar para ver todo el arte y los Palacios Reales de esta bonita localidad. Precisamente el hotel en el que les alojamos es un Palacio Real, con un Templo increíble en su interior, en el que hay danza balinesa cada día, y unos jardines maravillosos, con unos lagos de nenúfares impresionantes. Parte de la antigua Familia Real vive todavía en una parte de este hotel.

Después de los ajetreados días en Ubud, el chófer les llevó al puerto para trasladarse a la relajante, paradisíaca y diminuta Gili Air, donde no existen ni coches ni motos, tan solo bicicletas o carrito de caballos.
Les elegimos un bungalow privado de dos pisos, dentro de unos de los resort más famosos de la Isla. En la parte de abajo tenían zona de estar al aire libre, con su cama con mosquitero, hamacas colgantes, mesa y sillas y un aseo, y en la parte de arriba el gran dormitorio con su baño.
Les elegimos un bungalow privado de dos pisos, dentro de unos de los resort más famosos de la Isla. En la parte de abajo tenían zona de estar al aire libre, con su cama con mosquitero, hamacas colgantes, mesa y sillas y un aseo, y en la parte de arriba el gran dormitorio con su baño.
Disfrutaron de sus preciosas playas de coral albino, hicieron Snorkelling, comieron pescado y marisco del día expuesto en los restaurantes que hay a lo largo de la playa y, por supuesto, buenos cócteles a ritmo de música reggae. Finalizados los días en Ubud volvieron a la localidad de Canggu, el paraíso de los surferos, dónde se alojaron en un precioso bungalow de madera en uno de los mejores hoteles-boutique de esta pintoresca localidad, rodeada de arrozales. |
Allí estuvimos con ellos tomando unas cervezas en alguno de los bonitos locales de la cercana playa de Batu Bolong, cenamos atún y mahi-mahi recién pescados en los restaurantes del pequeño acantilado de la playa de Echo Beach y disfrutamos con ellos de sus últimos días.
Les despedimos relajados y morenos como dos tizones. Esperamos que vuelvan! Disfrutamos mucho con vosotros y aún queda mucho por ver!!
Hasta siempre! Sampai jumpa!
Hasta siempre! Sampai jumpa!