No sé si por el cambio horario, el viaje en el que apenas dormí, o por los dioses de la isla, dormí como una marmota. Desayunamos estupendamente: frutas conocidas y desconocidas, zumos, tortilla o huevos fritos (que huevos tan deliciosos!) con todo lo que quisieras, verduras, champiñones, beicon, jamón (de york, claro), etc. Y el famoso kopi bali, que es un café como de puchero pero en tu misma taza… riquísimo, pero hay que dejar que se vayan los posos al fondo de la taza, y no apurarlo hasta el final, claro.
Mi hija propuso ir a la playa, y allí fuimos, una playa preciosa, me sorprendió que no estaba muy limpia, pero Cristina me explicó que ponen ofrendas en la orilla varias veces al día, y eso no se puede recoger, así que el mar las arrastra y las devuelve…en fin, respeto a sus tradiciones, y al coger alguna de sus enormes olas, alguna cestilla o galletita flotando por ahí…
Nos acomodamos en unas hamacas de los múltiples restaurantes cara a la playa, nos montaron una mesa al lado y descubrí sus sopas y pescados frescos, cocinados a la brasa. Deliciosos, me encantó el mahi-mahi!
Mi hija propuso ir a la playa, y allí fuimos, una playa preciosa, me sorprendió que no estaba muy limpia, pero Cristina me explicó que ponen ofrendas en la orilla varias veces al día, y eso no se puede recoger, así que el mar las arrastra y las devuelve…en fin, respeto a sus tradiciones, y al coger alguna de sus enormes olas, alguna cestilla o galletita flotando por ahí…
Nos acomodamos en unas hamacas de los múltiples restaurantes cara a la playa, nos montaron una mesa al lado y descubrí sus sopas y pescados frescos, cocinados a la brasa. Deliciosos, me encantó el mahi-mahi!