Candidasa es una localidad al este de Bali, anteriormente muy turística, pero que ahora es menos visitada. Nuestro hotel balinés así nos lo confirmó, enorme, oscuro y muy silencioso. No es que fuera malo el hotel, mucho personal solícito y encantador, con muchas ganas de hablar en Bahasa, por supuesto, los desayunos en la misma entrada del cottage, a la carta y deliciosos, una gran piscina, pero, imaginaros en un hotel enorme, solas, creíamos estar en la película de “El resplandor” pero ¡con mucho calor! Cuando entraba en la habitación, enorme también, con dos camas extra grandes, casi esperaba ver al fondo a las gemelas de la peli… ¡socorroooo!
Mosqueadas, preguntamos si no había más clientes, y resulta que vivía allí permanentemente una señora inglesa. Vimos luz en su cottage pero la buena señora… missing!
Sin duda, lo mejor de Candidasa, el bar de nuestro amigo Gusti (New Queen Pub), un balinés con 11 años a su espalda en Suiza, un verdadero relaciones públicas, que nos trató como si nos conociera de toda la vida, y John Punk, también balinés, que cuando terminaban las actuaciones en directo, seguía amenizándonos con su guitarra.
Mosqueadas, preguntamos si no había más clientes, y resulta que vivía allí permanentemente una señora inglesa. Vimos luz en su cottage pero la buena señora… missing!
Sin duda, lo mejor de Candidasa, el bar de nuestro amigo Gusti (New Queen Pub), un balinés con 11 años a su espalda en Suiza, un verdadero relaciones públicas, que nos trató como si nos conociera de toda la vida, y John Punk, también balinés, que cuando terminaban las actuaciones en directo, seguía amenizándonos con su guitarra.
No he comentado hasta ahora lo maravillosamente bien que cantan los balineses. Hay música en directo en muchísimos sitios, su oído es extraordinario y versionan todo, aunque prefieren el “reggae”. Otra maravilla de Bali! Mi preferida: “Welcome to my Paradise”.
John Punk nos indicó como ir a un mercado de artesanía, donde se conservan las antiguas tradiciones, así compramos señales para libros pintados con nuestro nombre en balinés y hechos en el momento, telas artesanas maravillosas, gekos de madera pintados a mano, huevos de madera con sus típicos símbolos del equilibrio entre el bien y el mal…, un lujo!
Otra cosa curiosísima es que aquí los nombres son iguales para hombre o mujer, y que solo existen cuatro diferentes según el orden de nacimiento. A ver si me explico:
- Primer hijo/a puede llamarse: Gede, Putu, Luh ó Wayan
- Segundo hijo/a: Made, Kadek ó Nengah
- Tercer hijo/a: Nyoman, Komang
- Cuarto hijo/a: Ketut
Si hay un quinto hijo, se vuelve a empezar.
En las casas balinesas suele haber un cartelito afuera con los miembros de la familia. ¡Qué cosas!